El mundo marino es el ecosistema más importante de la tierra: sus aguas han ido creando vida a lo largo de los milenios.
En ella se encuentra el elixir de los orígenes de la vida, y su ingesta nutre nuestro organismo de una forma excelente. El agua marina es una fuente de recursos minerales en la que, con mayor o menor concentración, se encuentran todos los elementos de la tabla periódica necesarios para nuestro organismo.
Los minerales son nutrientes esenciales para nuestro organismo, tanto como nuestra necesidad de oxígeno para mantener la vida.
En el cuerpo humano, solo el 5% del peso es materia mineral, la cual es vital para todos los procesos mentales y físicos, así como para el bienestar total. Los minerales son muy importantes para mantener todos los procesos fisiológicos, siendo además componentes de los dientes, huesos, tejidos, sangre, músculos y células nerviosas.
Actuando como catalizadores de muchas reacciones biológicas dentro del cuerpo humano, son necesarios para la transmisión de mensajes a través del sistema nervioso, la digestión y el metabolismo o la utilización de todos los nutrientes contenidos en los alimentos. Las vitaminas no pueden asimilarse adecuadamente sin el equilibrio correcto de minerales. Por ejemplo, se necesita calcio para la utilización de la vitamina C, magnesio para las vitaminas del grupo B, o elementos traza como el zinc para la vitamina A o el selenio para la absorción de la vitamina E.
Los minerales son muy importantes para evitar que la sangre y los líquidos tisulares se vuelvan demasiado ácidos o alcalinos, permiten que otros nutrientes pasen al torrente sanguíneo y ayudan a transportar nutrientes a las células. Mantener la concentración adecuada de minerales en nuestro organismo es de vital importancia para la salud.
Debemos tener en cuenta que el cuerpo humano necesita diferentes cantidades de cada mineral; y cada persona tiene diferentes necesidades, según su edad, sexo, estado fisiológico (por ejemplo, embarazo) y según su estado de salud.
El agua de mar tiene innumerables beneficios para la salud. Gracias a su elevada concentración en minerales y otros compuestos orgánicos, estimula nuestro organismo y promueve una sensación de bienestar general.
El agua de mar es un excelente reponedor de minerales y elementos traza, lo que nos ayuda a conseguir una correcta función enzimática, tanto a nivel de órganos como a nivel celular y subcelular, como por ejemplo la función mitocondrial.
El agua de mar de las especialidades Quinton Medical, se caracteriza por ser agua de mar oceánica pura rica en micronutrientes, destacando elementos beneficiosos que incluyen magnesio, calcio, potasio, cromo, selenio, zinc…
A finales del siglo XIX, René Quinton, un investigador francés, descubrió que la composición del agua de mar es muy similar al medio en el que se desenvuelven nuestras células. Es decir, los componentes del agua de mar son muy similares a nuestro plasma (sangre).
Quinton desarrolló una teoría científica sobre la terapia marina, en la que se determina que las enfermedades son, en realidad, una intoxicación del medio interno a nivel celular. Para que las células puedan desarrollar sus funciones correctamente, deben disfrutar de un medio interno equilibrado para evitar que los órganos se deterioren. Y ese medio interno (plasma) es análogo al agua del mar.
Tras desarrollar esta teoría, entre 1910 y 1950 fundaron junto al Doctor Jarricot los "Dispensarios marinos", centros en los que se usaba agua de mar para sanar diversas enfermedades.
René Quinton Fisiólogo y un naturalista francés.
Este producto es un alimento, no es un medicamento; por ello existen ciertos protocolos estándares, pero a final de cuentas se puede manejar como algo personalizable.
En otras palabras, usted tiene toda flexibilidad de aumentar o disminuir sus dosis diarias a placer, hasta encontrar una dosis que satisfaga sus necesidades personales. De igual forma les presentamos los protocolos estandarizados para que tengan una base con sustento de como partir a utilizar esté gran alimento en su vida cotidiana.
Parámetros de guía:
Niños 1 a 12 años:
De 150 a 200 ml al día.
Adolescentes y jóvenes de 12 a 18 años:
De 200 a 350 ml al día.
Adultos 18 años en adelante:
De 250 a 500 ml al día.
**Estas recomendaciones son solamente de Agua de Mar, mismas que se tienen que combinar con agua dulce en porciones 1 a 1, 1 a 2, 1 a 3, 1 a..., mismos que sean equivalentes para poderse ingerir sin sentir el sabor tan salado.**
A continuación se muestra un ejemplo con un adulto para una mejor comprensión.
Un adulto de edad promedio, que recién está empezando en este consumo de alimento, y quiere empezar a implementarlo es su vida diaria. Él comenzará con un protocolo de desintoxicación tomándolo en ayunas, para posteriormente dejarlo fijo en su dieta básica.
Durante la Semana 1 se implementará el agua de mar en porción de 1 a 3, con el fin de ir adaptando al cuerpo al consumo del mismo.
En la Semana 2 se busca aumentar la porción de agua de mar con fin de dejar limpio nuestro organismo para empezar a absorber y aprovechar todos los nutrimentos.
Finalmente de la Semana 3 en adelante las porciones quedan libre a gusto propio, aquí lo importante es la constancia, y esto se puede lograr fácil, por ejemplo si tomas un café, licuado o jugo por las mañanas le puedes poner un poco. En la tarde; hora de comida se puede acompañar en la bebida, todo dependiendo de tu paladar y como sientas que te está cayendo en tu organismo, porque es increíble que desde la primera toma sientes una mejoría enorme, con mucha mayor energía para seguir con el día al día.
Igualmente se puede agregar a cualquier tipo de frutas al gusto, así mismo puede utilizarla al cocinar sustituyendo la sal de mesa por agua de mar en ciertas proporciones para lograr tener alimentos con alto valor nutritivo, al hacer caldos, cocer carne, pollo o cualquier otro alimento como verduras, arroz y pasta; aportando un valor nutritivo, equilibrado y un sabor exquisito.
**Si se queda con alguna duda, puede contactarnos sin ningun problema.**
PARA SU CONSERVACIÓN:
Una vez abierto, volver a tapar y conservar en un lugar fresco y seco.